La irrupción del Covid-19 y su impacto psicológico ha modificado nuestras preferencias y expectativas como consumidores, convirtiendo la seguridad personal en el factor de mayor valor.
Hemos vivido un boom en la compra de productos de limpieza y desinfección durante estos meses. Las fragancias aromáticas (lavanda, romero, eucalipto…) y las fragancias marinas con notas ozónicas nos ayudan a potenciar la sensación de frescura y limpieza que necesita nuestro hogar.
Se estandarizará el uso de jabones, geles y cremas desinfectantes destacando la importancia del cuidado de manos y cuerpo. Para la hora del baño necesitamos relajarnos, utilizando geles y jabones que nos ayuden a calmarnos. Las fragancias que contienen notas amaderadas como el sándalo y una tendencia oriental con notas resinosas nos ayudan a desconectar.
El enfoque holístico se está convirtiendo en el principal incentivo en el comportamiento del consumidor. Buscaremos productos que promuevan nuestro bienestar interno y externo. El objetivo principal será preservar nuestro equilibrio.
La aparición de la pandemia también ha acelerado ciertas tendencias que se venían dando, como el capullo. Cocooning es el nombre dado a la tendencia en la que el individuo socializa menos y opta por quedarse en casa, en busca de refugio. Las circunstancias nos obligan a buscar un ambiente cómodo y seguro en nuestro hogar frente a la situación de inseguridad mundial.
Esta tendencia se convierte en una oportunidad para el mercado del cuidado del aire, ya que las personas buscarán la manera de hacer de su entorno un lugar más cómodo. El hogar se convertirá en el escenario principal de nuestra vida y buscaremos sentir diferentes emociones que contribuyan a impactar en nuestro estado de ánimo. Fragancias relajantes (vetiver, vainilla.); refrescante (menta, té verde, salvia); y los energizantes (notas cítricas y tropicales) serán los más solicitados.
Las velas siguen siendo la mejor opción para que los consumidores perfumen sus hogares con máquinas nebulizadoras y cerradas y difusores de caña. La rutina de los perfumes de casa puede ayudarnos a modificar nuestras sensaciones a lo largo de todo el día. La aromaterapia puede ayudarnos a relajarnos, reducir el estrés y la ansiedad, sobre todo si recurrimos a fragancias que hemos utilizado en momentos agradables de nuestra vida, nuestro cerebro asociará ese olor que nos resulta familiar con momentos pasados vividos.
El arte de perfumar permanecerá. Después del baño, perfumarnos será nuestro regalo sensorial que nos ayudará a potenciar nuestra seguridad y bienestar. Las fragancias unisex podrían ser las más solicitadas.
